La trama de lo artesanal
Iniciamos nuestro trabajo recuperando el Capítulo 1 de la Ley de Educación Nacional n° 26.206 que en el ARTÍCULO 8° indica que: “La educación brindará las oportunidades necesarias para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y promover en cada educando/a la capacidad de definir su proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad, igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común”.
En tanto la ley de Educación Provincial de Córdoba 9870/10 define a la Educación Especial como una modalidad del Sistema Educativo Provincial que comprende el conjunto de servicios, recursos y procedimientos destinados a garantizar el derecho a la educación de las personas con algún tipo de discapacidad, temporal o permanente.
Podemos afirmar teniendo en cuenta la política pública y el recorrido como escuela especial que la modalidad acompaña trayectorias educativas desde la singularidad, abordando diferentes escenarios. En esta diversidad de escenarios nos enfrentamos a más incertidumbres que certezas, dado que no hay recetas ni lineamientos a seguir y es aquí donde se pone de manifiesto, en tensión lo artesanal de la tarea docente, buscando respetar la singularidad de cada estudiante, teniendo en cuenta la especificidad en su manera de acceder a los aprendizajes, debiendo ser promotores de aulas heterogéneas para que los procesos educativos puedan llevarse adelante. Trabajamos para realizar prácticas docentes con variadas herramientas y estrategias en los acompañamientos que como modalidad realizamos en una sala cuna, una escuela primaria, una escuela secundaria, o en la escuela de modalidad. Y es aquí donde toman fuerza las palabras de Alliaud al decir que “Enseñar hoy ya no puede concebirse como "aplicar" o "bajar" lo aprendido en el profesorado o en algún espacio de capacitación al aula, como tampoco lo que hemos planificado. Enseñar hoy es ante todo crear, inventar, salirse del guion o del libreto. Probar y ser puesto a prueba en cada circunstancia" (allud p 15 los artesanos)
La enseñanza es un encuentro. Un encuentro qué parte de mirar al estudiante con quién estoy. En este encuentro con el otro, que no viene solo; que es parte de una familia y una comunidad, que también pasarán a ser parte necesaria de este entramado que es la Educación.
Un otro con una historia y con un presente el cual necesitaremos conocer en profundidad para ofrecer la propuesta educativa respetando su singularidad. En este encuentro la familia forma parte del equipo de trabajo, para crear la propuesta adecuada.
¿Y por qué lo decimos? Porque es quien lo conoce, quien más tiempo pasa con él/ella, quien nos podrá dar mayor información del diario vivir, quién nos podrá ayudar a decodificar sus maneras de comunicar. Será la familia quien podrá hacer extensiva la propuesta en el hogar. La pandemia nos dejó muchos aprendizajes y tal vez unade los más importante fue el encuentro real, a través de la pantalla del celular, la computadora; el encuentro en el hogar donde docentes y familia compartimos saberes, abrimos las aulas y volvimos a dar valor a las prácticas educativas. Esta red que se teje con la familia intenta alojar y contener partiendo de la premisa de creer que se puede.
Ahora bien, entonces… ¿Cómo “enseñamos en Helen Keller” ?, porque es una realidad, enseñamos…
Con mayor o menor recorrido nos orienta en la tarea docente la formación, la pasión y la ética por brindar oportunidades a nuestros estudiantes, ofrecer el mundo de la cultura, acercar el mundo a sus manos y acompañarlo en su recorrido de descubrimientos.
Una construcción que no se realiza en soledad. Diversas miradas enriquecen la construcción desde la experiencia, los saberes, el deseo y la responsabilidad que conlleva la tarea educativa.
Una tarea que lleva implícito un compromiso, el compromiso de transformar realidades, de transformar presentes. Un compromiso que nos lleve a preguntarnos, a cuestionarnos, sabiendo que las respuestas no serán acabadas, como dice Freire “está bien que no haya respuestas definitivas”. Y tal como diría Sennett, “todos podemos llegar a ser artesanos o ¨habilidosos¨ en lo que hacemos -artesanos de la enseñanza-; pero para lograrlo hace falta contar con cierta preparación. Una preparación que no disocie el pensamiento de la acción, pero que tampoco deje afuera el sentimiento; que nos convoque a saber y poder hacerlo; que nos acompañe, que nos conduzca, que nos enseñe a enseñar. Y a enseñar hoy, es decir, en los escenarios educativos del presente, con los desafíos y particularidades que los caracterizan.”
En busca de la construcción artesanal para dar respuesta educativa a los estudiantes, construimos una propuesta orientados por el currículum prescriptivo, en un forzamiento descarnado por desestimar propuestas sin sustento cultural. Eso de lo cultural que ofrecemos a nuestros estudiantes es acercar objetos culturales que sean reales, significativos y ajustados a ellos/as.
Orientados por esto desde las capacidades fundamentales, seleccionamos contenidos deshilvanados del currículum, pensamos objetivos, buscamos y creamos estrategias, postulamos actividades y formas posibles de evidenciar el aprendizaje. Y si, es en plural, porque este momento implica el trabajo en equipo, cada quien aporta desde su mirada y su recorrido, es que detrás de cada pareja pedagógica hay otros equipos, de docentes, de gestión y técnico que acompaña la labor. En nuestra institución este dispositivo de pareja pedagógica está naturalizado, pero entendemos que esto no es común en el resto de las instituciones educativas, como dice Civarolo y Pérez en “1+1 pareja educativa” “dos educadores con formación, criterios y experiencias diferentes, aunque con igual profesionalismo, los cuales asumen el desafío de encarar un proyecto común, con una intencionalidad compartida que es acompañar los procesos de desarrollo de niños y niñas, respetando la diversidad de los mismos.”
Es así que podemos considerar que la pareja pedagógica se constituye para fortalecer las prácticas de enseñanza, para disminuir barreras, pensar y construir la práctica con otros, incluso para tensionar las prácticas que venimos realizando en los diferentes escenarios, en pos de respetar la singularidad de los estudiantes y sus capacidades. Entonces la clase aparece, maravillosa, ideal y magnífica. Soñada por días, elaborada y gestada. Entramos a la escuela como quien entra a una fiesta, esperando a sus invitados, anhelando que todos asistan. Cuando todos asisten es un desafío, y cuando no asisten, es una incertidumbre. Cuando los invitados llegan, comienza “el baile” en la fiesta, y la clase se hace presente en simultáneo a la multitarea. Entonces nos encontramos con la realidad, se diluye la certeza de lo soñado, planeado y da paso a la cotidianidad del hacer. Y en este baile no todos bailan la misma música ni con el mismo ritmo.
Hay un elemento que es fundamental y esencial para poder seguir el ritmo: la especificidad. Entendiendo como especificidad la creación de ambientes creativos para posibilitar el acceso efectivo y posible al mundo, a través de la lecto escritura Braille, la orientación y movilidad, las destrezas de la vida diaria, el uso de macro tipos, la multisensorialidad, entre otras. Estas maneras son propias e insustituibles para que se geste la fiesta de la educación en la singularidad de cada estudiante. No todos sienten lo mismo con la misma música y es donde el Arte de combinar los sonidos aparece y somos los/las docentes quienes debemos encontrar esta combinación. Debemos hilar muy fino, para que la melodía suene armoniosa, ya que estos contenidos son singulares y para llegar a ellos, o intentarlo, hay diferentes estrategias, y es aquí donde se construye lo artesanal de la tarea docente.
Al momento de crear esos sonidos particulares para cada estudiante y para cada momento, nos encontrarnos con estas estrategias que venimos construyendo institucionalmente y que describimos a continuación: La multisensorialidad es una de las líneas que atraviesa cada propuesta y es a través de ella que cada estudiante accede al mundo que lo rodea, oliendo, tocando, saboreando, escuchando, mirando…
Los sonidos de la calle, de la lluvia, una canción, un bastón y su ruido, un cuento. Los aromas de la sala, a las flores en el patio, a las comidas del mediodía. Las texturas, del pelaje de un animal, de los ingredientes al cocinar, de las hojas en otoño. Del sabor de lo dulce, lo amargo, lo nuevo o hasta de un objeto que se lleva a la boca. De las imágenes de un rostro conocido, de colores, de movimientos.
La anticipación: es imprescindible comprender lo que está sucediendo alrededor, esta organización crea un hilo conductor que brinda la seguridad de saber lo que está pasando, lo que vendrá después, y fomenta la confianza con esa voz que guía.
La sistematicidad, entendida como principio didáctico, que nos permite dar continuidad a esta organización, va dejando huellas que fortalecen la tarea. El tiempo flexible y singular a cada estudiante. Dando tiempo y esperando la respuesta, lo que puede surgir, lo que creemos que va a aparecer y dejarnos sorprender por lo inesperado. El espacio: un espacio de encuentro, un espacio propio, un espacio compartido con otros, significativo, cotidiano, contextualizado a las tareas, un espacio facilitador, contenedor y alojador.
La comunicación entendida desde la multiplicidad de lenguajes para transmitir y recibir los diferentes mensajes. Donde la decodificación singular estará en juego de manera permanente.
El uno a uno, como recurso para acercar las diferentes propuestas de manera significativa, como lo es el trabajo mano sobre mano, presentar los elementos con los que se trabajará de manera apropiada, es decir, teniendo en cuenta la iluminación, su manera singular de mirar, los contraste, altura, tipo y tamaño de elemento, etc; pero también este uno a uno significa acompañar y contener situaciones disruptivas.
En palabras de Estanislao Antelo: (...) “No es aislando la enseñanza de la asistencia como podremos abrir un camino. Nuestra fuerza podría utilizarse en mostrar el valor que adquiere, en la cultura, el cuidado del otro a través de la enseñanza sistematizada de conocimientos.” -
Los requerimientos de atención de la salud, es brindar la propuesta sin dejar de prestar atención a las situaciones de alerta que pueden manifestarse en los/las estudiantes, es saber interpretar estas alertas para poder responder de manera apropiada. Esto implica: acudir frecuentemente a la enfermería, visitas domiciliarias, ausencias, entre otras. Pero también hacen referencia a lo que sucede fuera del horario escolar, esto es estar en permanente comunicación con las familias, ¿cómo está? ¿se recuperó? ¿tiene el alta?...
Como ilustra Andrea Alliaud: “Enseñanza y cuidado no sólo no se enfrentan, sino que se requieren mutuamente. Cada una de las prácticas, con sus particularidades, se fortalecen cuando se combinan sin confundirse. Se olvida fácilmente que asistir es responder, estar en algún lugar. El que asiste, está presente”.
Pero como toda fiesta, en algún momento concluye esta fiesta va llegando a su fin, la música va disminuyendo y estos sonidos comienzan al concluir esta fiesta, llegamos a nuestras casas, nos sacamos el delantal como quien se saca los zapatos después de un largo baile, y nos encontramos… ahora con nosotras mismas, y nuestros pensamientos nos invaden… es que en la invitación decía que era una fiesta de blanco y al llegar nos encontramos con muchos colores, y aun así decidimos entrar y asumir el desafío que implica adaptarse y re adaptarse a este escenario.
Estar en esta fiesta es una decisión que asumimos día a día, y tenemos la convicción de esto, así mismo consideramos que este no es un proceso acabado, y tal como los artesanos realizan su trabajo a mano o con distintos instrumentos, destrezas y habilidades; nosotras/os también, tal como lo vemos reflejado en esta ponencia.
Sin embargo, nos seguimos preguntando ¿Cómo alimentar la creatividad para seguir construyendo desde lo artesanal? ¿Cómo lograr el equilibrio entre lo singular, lo artesanal y la demanda proveniente del sistema educativo?
¿Cómo lograr la sistematicidad de aprendizajes de nuestros estudiantes, cuando no logramos conquistar su asistencia regular?
¿Cómo seguir construyendo y enriqueciendo lo artesanal de la enseñanza sin caer en un armado de recetas?