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Trenzando Saberes: Acompañando cada hilo del conocimiento

La Ley de Educación nacional estipula el ingreso a la obligatoriedad escolar en nivel inicial y su culminación en nivel secundario. Este escrito tratará de singularizar las trayectorias educativas de los estudiantes con NEEDD. Pensar un niño fuera de la escuela genera desconcierto, inquietud, malestar. Es difícil imaginar la niñez sin la institución escuela. 

Escuela como espacio alojador, tiempo de encuentro, posibilidades de alojar al otro. Alojarlo en la mirada,  sostenerlo en la palabra, esperarlo con enseñanza, aguardarlo, anhelarlo. 

Hablar de inicio de trayectoria escolar pone en tensión las distintas formas de transitar la trayectoria educativa, diversas, intermitentes, continuas, con omisiones, atemporales. A la escuela, se llega desde pequeño, a veces, otras veces no. 

Encontrarse con una propuesta educativa  desde que tienen meses de vida, es una de las formas posibles en que los niños empiezan su trayectoria escolar. Allí, en educación temprana hay tanto de melodías, sonidos, texturas, olores que convocan a los pequeños  y su familia a  aprehender el mundo, primero a ellos mismos, lo que los rodea y luego a experimentar el afuera. Es una construcción única para cada pequeño estudiante, en donde educadores y  familia se encuentran en un espacio y tiempo de escucha, de asombro, de descubrimiento; caracterizado por su flexibilidad, espera y búsqueda. 

La educación temprana enmarca su trabajo con niños desde los 45 días hasta los 3 años, el sostenimiento de la trayectoria dentro de este formato de educación excedida esta edad, conforman decisiones pedagógicas en favor de las construcción de aprendizajes que los niños requieren desarrollar. 

La LEN garantiza el inicio de la escolaridad obligatoria en inicial de nivel para  Todos. El nivel inicial continúa con sala de tres, cuatro y cinco años, así lo garantiza la ley, más las familias pueden optar por la escolaridad en modalidad o en nivel, respetando la corresponsabilidad y los intereses de la familia. 

Es así que los estudiantes  asisten a escuelas de nivel, para allí hacer camino en la escolaridad que llamamos común; las trayectorias  son acompañadas con las configuraciones de apoyo que requieran. 

Más cuando ese adjetivo, todos,  no define a cada uno, la modalidad nos ha dado la misión de contar con nivel inicial en  nuestra escuela.

En nuestro jardín, niños de tres, cuatro y cinco años  se encuentran  respetados y recibiendo una respuesta educativa a la forma singular con que cada uno de nuestros estudiantes aprende, experiencias educativas que enriquecen aún más  el abordaje multisensorial, eso a lo que le llamamos enseñar para que el estudiante aprenda desde todos los sentidos. Escuchar las hojas que mueve el arrullo del viento, oler la lavanda en el patio, sentir el calor del sol en las mejillas; manos acompañadas para explorar, eso es aprender con los sentidos. En el piso, en la silla, en el patio, en una caminata, en el adentro y en el afuera de la escuela; los escenarios de aprendizaje que se ofrecen intentan ser de lo más variados y nutridos posible, a fin de que los estudiantes se acerquen y hagan propios las enseñanzas para los aprendizajes.  

Hacemos énfasis en las experiencias, en el hacer, en la acción del otro, con el otro, para el otro. 

Son los educadores quienes llevan adelante la enseñanza en donde la confianza en las posibilidades de los estudiantes viene de la mano con el compromiso de buenas prácticas pedagógicas para cada uno de ellos. Docentes, equipos técnicos, familias, en la búsqueda de las propuestas que enriquezcan las trayectorias. 

Cuando las familias optan por la educación en el nivel inicial de nuestra escuela múltiples recorridos se hacen posibles, trayectorias compartidas con jardines, cursados flexibles que re-significan y potencian cuando los estudiantes asisten. Allí la tarea interpela, la intermitencia en las trayectorias se palpa, pero más aún allí, los docentes (la escuela) enlazan, proponen, alientan, esperan y anclan a la educación. 

Las trayectorias teóricas postulan la continuidad en nivel primario. Los estudiantes que se encuentran transitando la escuela común continúan en el primario,  garantizando el derecho a la educación, y las configuraciones de apoyo se continúan haciendo presentes. 

En el nivel primario, de la modalidad especial inician su trayectoria escolar muchos niños, que  aunque mayores, no han tenido experiencias anteriores o se encontraban en Centros terapéuticos.  

Nuestra escuela acoge y defiende a todos y a cada uno de los niños que llegan en situación de vulneración del derecho a la educación, constituyéndolos en estudiantes.

Se redobla la apuesta de confianza en ellos, en nosotros, en las posibilidades, las formas de enseñar y las de aprender: “Todos pueden aprender”, construir con otros artesanalmente, es el desafío, que se plasma en el interrogante ¿Cómo enseñar?. Aquellos que dan continuidad a la trayectoria en nivel, con la terminalidad de primaria lo aguarda el nivel secundario. Para aquellos que transitan la escolaridad en modalidad especial, o que no tienen  experiencias educativas anteriores, también. Las  formas de enseñar y aprender nuevamente trascienden las planificaciones,  toman cuerpo, se hacen objetos, canciones, sonidos y olores; se significan y ligan aprendizajes a insumos reales y concretos plausibles de tocar, oler, sentir, apretar e incluso arrojar. 

Hacer escuela, con otros, para todos y cada uno, formas de acompañar las trayectorias, ir junto al estudiante y su familia, empatizar y comprometerse con ese derecho humano. La motivación, la pasión, la tenacidad y el compromiso en la tarea resulta uno de los más necesarios, de él parte propuestas innovadoras y albergadoras. 

Siguiendo lo anterior, se diseñó e implementó, en primer momento un aviso a las tres inasistencias consecutivas del estudiante, en esa instancia se realiza un llamado telefónico a la familia, se registra en el legajo y se informa los datos recabados en esa comunicación a los docentes del alumno, al tercer llamado no contestado se informa al trabajador social quien con equipo directivo realizan una citación a la familia y de no concertar la misma se lleva a cabo una visita domiciliaria. 

Materializar la continuidad de  la trayectoria, o intentarlo fue posible mediante  la construcción de un dispositivo de seguimiento de las trayectorias,  permitió la visibilización de intermitencias y el acompañamiento a las familias,  pero también a comprometer a otros educadores institucionales en ese arduo trabajo.

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